(Me tardè, perdòn)
...¡Oye! Compòrtate, ¿Què te pasa?
Pero el doctor seguìa gritando y gritando como loco, y ya
ni siquiera veìa la nave espacial, pero algo se le quedò en la
mente de ese encuentro y ya no pudo salir de esa imagen
sorprendente de la nave.
Corriò y saliò del parque, mientras los niños, con sus pensa-
mientos de gente madura, empezaron a crecer y alargarse, hasta
convertirse en jòvenes graduados con pensamientos lògicos
y razonables y se fueron de ahì, pensando que todo fue un error.
¿Y el joven graduado? Nunca se le volviò a ver por ese lugar, pero
un dìa se encontraron cerca de ahì un niño con ropa de grande
balbuceando algo de una nave espacial.
Se acabò.
5, 3...
Ya saben, polìtica legal, no copien este cuento a menos que pongan David Villarreal al final.
Blah, blah, blah.
