domingo, 22 de agosto de 2010

introducción a la paranoia


Cuando recuerdas que debes respirar y es un rítmico acompasamiento
que no te deja pensar en otra cosa mas que seguir viviendo. Respirando.


Nunca pensó que este tipo de cosas sucedían en la vida real.

Pero saliendo del trabajo sucedió.

Se paró por un café en la tienda de a lado. Salió. "Mejor camino a casa,
el metro a estas horas está a reventar." Caminó. Se tomaba en pequeños
sorbos su café. Mucha azúcar, como le gustaba. Iba tarareando en la mente
"i'd soon rather be dead, sleeping six feet in the ground". Era la única
parte de la canción que se sabía.

Cruzó un semáforo en verde, asegurándose de que no se acercaba ni un
auto. Dos personas hicieron lo mismo. Al parecer iban al mismo lugar
que él.

Dobló la esquina. Los dos hombres doblaron la esquina. Subió el puente
peatonal para cruzar la avenida. Los dos hombres subieron el puente pea-
tonal para cruzar la avenida.

Siempre imaginaba que ésto era producto de la imaginación de algún
director de películas sobre la época de los gángsters. Pero no:

¿Secuestradores en su tranquilo Monterrey? Imposible. México en
sociedad siempre veía al norte como el "primo incómodo" que ganaba
más que los demás primos. Asi que ¿cuál era la razón para la que
hubiera secuestradores en provincia, cuando siempre las noticias
de los asesinatos y "levantamientos" eran únicamente del Distrito
Federal?

No podía ser... Estaba ya en su calle, y los hombres seguían la misma
dirección. El hombre se cansó y trotó hasta llegar al porche de su casa,
sacó sus llaves con nerviosismo. Se le cayó el café en su lucha contra
la gabardina: terca para quedarse con las llaves del hombre.

Se imaginó a sí mismo cuando llegó totalmente ebrio a su casa hace
dos o tres noches y que no podía abrir la puerta por la torpeza de
su mano al intentar insertar la llave en la ranura de la perilla.

Por fin entró a su casa. Cerró con fuerza la puerta y se quedó en
la entrada por varios segundos.

Sintió que tocaban la puerta. No podía ser. No lo puedo creer.
Qué descaro. Pasaron por el porche de su casa y se atrevieron
a tocar la puerta. En la mente del hombre pasaron mil imágenes
de películas: torturas, autos, gritos, dolor, disparos, muerte.

Tocaron de nuevo la puerta.

Abrió la puerta con miedo.

-¡Qué tal señor! ¿Ya oyó la buena noticia?

viernes, 13 de agosto de 2010

la cigarra

Había una vez, una pequeña cigarra muy simpática, que cuando
aprendió a hacer su sonido chirriante se volvió muy feliz.

Pero un fatídico día se dió cuenta de que todos sus hermanos y
hermanas cigarras hacían el mismo sonido que ella, lo cual
la entristeció profundamente hasta el grado de considerar llamar
a la línea caliente suicida.

Poco tiempo después se dió cuenta que podía cantar hermosa-
mente. Durante algunos meses practicó en secreto en tiempos
libres que tenía entre su trabajo y su familia.

Al fin, en una fiesta de la colonia les reveló a todos su secreto.
Sin esperar reacción alguna de sus vecinos comenzó a cantar.

Cantó como nunca antes había cantado en su cortísima vida.
Cantó "El Rey" y pegó todas las notas de la canción: podría
decirse que cantó mejor que Vicente Fernández, incluso me
atrevería a decir que mejor que Don José Alfredo Jiménez.

Hasta el último verso, la pequeña cigarra dio lo mejor de sí
misma... Puso toda su energía en cada una de las palabras que
cantaba "¡Y mi palabra es la leeey!"

Al terminar de cantar la cigarra, totalmente exhausta,
volteó a ver a su sorprendido público, quienes al notar su
gran originalidad juzgaron correcto llevarla a juicio, donde
un tribunal de cigarras la condenó a la pena de muerte por
su "alteración del orden público y por su falta a la moral".

En su solitario funeral se oyó en la radio "El Rey"... No sin
poca interferencia con la única otra estación que había en el
país después de que el presidente expulsó a las demás del aire.

(you hear indistinct chattering up above)

Sólo sé que en este momento estoy en mi cuarto, oyendo a mi madre
y a mi abuela hablando de temas de actualidad y de la farándula
mexicana.

(Me pongo los audífonos)

Ahora sí. Bien, pues qué les diré. Básicamente esta semana ha sido
de mucho movimiento: Acabo de entrar a carrera y el cambio es
como cortarle el cordón umbilical a un niño que toda su vida ha
estado en un solo colegio. Un niño que después de depender de
los nutrientes que le proporcionaba la madre tiene que dejar esa
"casa" tan confortable y tan segura, para que ahora tenga que
enfrentarse al mundo exterior: el Tec.

Ése es el cambio. Y es lo único mas bien. Mi vida ha sido una
una vida cercana a la monotonía y la costumbre, pero todos los
detalles que la conforman son lo suficientemente emocionantes
para considerar que mi vida ha sido divertida.

Me estoy tardando mucho en escribir esta entrada. Culpo a la
música. Me distrae demasiado. ..."i am yours now"...

Necesitamos algo de aire en la tierra. Necesitamos un querer
hacer las cosas solo porque sí. Necesitamos un empuje maravilloso
pero monstruoso en proporciones. Se necesita gran fuerza
para poder hacer lo que se tenga que hacer en la tierra.

Busca en todo lo que hagas ese detalle que haga emocionante tu vida.
¿Para qué vivir si se vive por vivir? Qué hueva.

Sólo sé que en este momento me estoy despidiendo del blog
y de mis lectores (ya quisiera)... sigo oyendo los fantasmas de
las voces de mi abuela y mi madre, mientras en los audífonos
se escucha ..."would you always? maybe sometimes?"...

jueves, 5 de agosto de 2010

querido blog:

Querido blog:

¿Acaso me he vuelto aburrido? ¿Acaso terminé siendo un estirado más, de esos
que les gusta molestar a la gente sólo para satisfacer su patética y hueca diversión?
¿Acaso me he vuelto demasiado serio? Tengo tantas preguntas y no quisiera
importunarte con todos mis problemas.

Lástima que no existes y que sólo eres un montón de bits que están hechos para
obedecer a los humanos (Gracias a Dios por la sumisión digital: me recuerdan
a la cultura machista mexicana y su desprecio hacia las mujeres).

Lástima que no me oyes, lástima que no puedes entender verdaderamente de lo que
hablo (y escribo), pero en fin, estás para lo que existes: para dejar que te tatúe con mis
palabras aburridas, estiradas y sin sentido. Malo para ti, bueno para mi.

Volviendo a la pregunta retórica que te hice hace unos cuantos párrafos... Oh querido
blog, ¿Soy aburrido? ¿El ahí no es ahí? ¿La vida es acaso sólo un conjunto de chispazos
de energía? ¿En algún momento aprenderé a acentuar correctamente todas las palabras
del léxico castellano?

Querido blog, no sé ni cómo me aguanto yo mismo. Francamente si no tuviera tu
inexistente ser creo que me exiliaría a mi mismo para vivir como ermitaño por el
resto de mis días (que probablemente sean sólo chispas de energía que durarían
24 hipotéticas horas).

En fin, quiero agradecer tu espíritu de servicio hacia los demás, con tu actitud de
mujer mexicana sumisa y los 20 mil millones de bits que te conforman. Y como
dirían jóvenes de mi generación (una gran bola de descerebrados con poco
o nulo léxico):

Nunca cambies.