lunes, 22 de marzo de 2010

"¡cuando tenga cien años ya tienes el derecho de decirme viejo!"

Le dió el último trago a su bebida y dijo:

-¡Me retiro a mi cuarto! Yo ya estoy viejo para
estas andanzas...- Entre riéndose y no, se fue.

Cinco o seis palomas bien cargadas ya le hacían
efecto rápidamente. El camino de la sala al cuarto se
le hizo eterno.

Veía los marcos de las puertas por donde pasaba como
bocas enormes de monstruos que lo tragaban hacia
la oscuridad de su cuarto.

-¡Quién me viera! En mis épocas de oro qué chingaos
me iba yo a ir a dormir con seis palomas. Pero bueno,
los años pesan, y 97 años no son tan poquitos.

jueves, 18 de marzo de 2010

"La buena conciencia de un asesino" o "El Laberinto Mental"


El sonido de la bala aún retumbándole en los oídos,
se dedicó a buscar una salida alterna.

Mientras repasaba todas las puertas de la casa, en su
cabeza todavía flotaba la imagen del hombre antes del
disparo.

-No quiero ni imaginarme la cara de su vieja cuando
lo vea todo ahí tirado. Peor tantito si lo ven los huercos.
Esa imagen no se las quitas ni con agua bendita.- Se dijo a
sí mismo. -Pero se lo merecía... o al menos eso me dijeron.

Le dijeron que solo fuera a la casa, disparara y se fuera.
Nunca le dijeron por qué. Solo quería hacerse creer que
tenía una justificación para lo que hizo.

Se detuvo.

Volvió en sus pasos y buscó una sábana. Llegó hasta el cuerpo
y lo tapó con torpeza.

-Mejor así- pensó.

Acto seguido prosiguió en su búsqueda por una salida.