Son las siete y media.
¿Pero qué son las siete y media en realidad?
No es de noche. El sol -con todo y la modorra de la tarde-, sigue alumbrando... Sobre todo acá por rumbos olvidados del norte. Tan secos, secos. Pero,
No es de día tampoco. Nuestro aire pesado -cargado de toxicidad y calor en las tardes-, se aligera. Se vuelve fácil de respirar.
Hora muerta en esta tierra del norte, tan bella y tan vieja.
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