miércoles, 8 de marzo de 2017

escrito sin terminar

Se observa en la mirada. Es clara la diferencia entre una persona que verdaderamente está pensando a otra que no.

La mirada viendo hacia el vacío, como que no queriendo la cosa, ignorante, esquiva: esa es la mirada de una persona que no está viviendo. Se ríen de lo que sea, pero sus ojos son ajenos a esa fugaz felicidad. Evitan el compromiso, y sobre todo, evitan conocerse y saber de dónde flaquean para poder mejorar. La mirada es lo único que necesito para darme cuenta de quién es quién. En cuestión de segundos saltan a mis ojos esos seres cuasi-pensantes y no requiero de una segunda ojeada, ni de platicar con ellos (Dios me libre). Simplemente una miradita y listo.


Están los que piensan. Mirada preocupada, a veces viendo al suelo donde van a pisar, a veces con los ojos moviéndose rápidamente entre las personas. Analizan, observan. La vista nunca está quieta. Parecen impacientes, 

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