Se observa en la mirada. Es clara la
diferencia entre una persona que verdaderamente está pensando a otra que no.
La mirada viendo hacia el vacío, como que
no queriendo la cosa, ignorante, esquiva: esa es la mirada de una persona que
no está viviendo. Se ríen de lo que sea, pero sus ojos son ajenos a esa fugaz
felicidad. Evitan el compromiso, y sobre todo, evitan conocerse y saber de
dónde flaquean para poder mejorar. La mirada es lo único que necesito para
darme cuenta de quién es quién. En cuestión de segundos saltan a mis ojos esos
seres cuasi-pensantes y no requiero de una segunda ojeada, ni de platicar con
ellos (Dios me libre). Simplemente una miradita y listo.
Están los que piensan. Mirada preocupada,
a veces viendo al suelo donde van a pisar, a veces con los ojos moviéndose
rápidamente entre las personas. Analizan, observan. La vista nunca está quieta.
Parecen impacientes,
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