jueves, 5 de agosto de 2010

querido blog:

Querido blog:

¿Acaso me he vuelto aburrido? ¿Acaso terminé siendo un estirado más, de esos
que les gusta molestar a la gente sólo para satisfacer su patética y hueca diversión?
¿Acaso me he vuelto demasiado serio? Tengo tantas preguntas y no quisiera
importunarte con todos mis problemas.

Lástima que no existes y que sólo eres un montón de bits que están hechos para
obedecer a los humanos (Gracias a Dios por la sumisión digital: me recuerdan
a la cultura machista mexicana y su desprecio hacia las mujeres).

Lástima que no me oyes, lástima que no puedes entender verdaderamente de lo que
hablo (y escribo), pero en fin, estás para lo que existes: para dejar que te tatúe con mis
palabras aburridas, estiradas y sin sentido. Malo para ti, bueno para mi.

Volviendo a la pregunta retórica que te hice hace unos cuantos párrafos... Oh querido
blog, ¿Soy aburrido? ¿El ahí no es ahí? ¿La vida es acaso sólo un conjunto de chispazos
de energía? ¿En algún momento aprenderé a acentuar correctamente todas las palabras
del léxico castellano?

Querido blog, no sé ni cómo me aguanto yo mismo. Francamente si no tuviera tu
inexistente ser creo que me exiliaría a mi mismo para vivir como ermitaño por el
resto de mis días (que probablemente sean sólo chispas de energía que durarían
24 hipotéticas horas).

En fin, quiero agradecer tu espíritu de servicio hacia los demás, con tu actitud de
mujer mexicana sumisa y los 20 mil millones de bits que te conforman. Y como
dirían jóvenes de mi generación (una gran bola de descerebrados con poco
o nulo léxico):

Nunca cambies.

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