viernes, 24 de septiembre de 2010

Cruzaste la línea.

Cruzaste la línea, y pensaste que te ibas a salir con la tuya.

Qué equivocada estabas.

No saldrás bien de ésta. Lo que te tengo preparado no es
digno de comentarse. Cruzaste la línea y ésta fue bien defi-
nida desde que nos conocimos, desde que esa misma tarde
te avalanzaste sobre mí sin saber siquiera mi nombre.

Fue tu error conocerme. Fue tu error el haberte arriesgado
a conocer un simple desconocido en un bar desconocido.
¿Quién en sus facultades cerebrales intactas se le ocurre
empezar una conversación con alguien que no demuestra
ni ganas de estar en ese lugar? Es cierto, yo no buscaba
hablar contigo. Nuestra conexión surgió de la casualidad
y que además tú estabas demasiado borracha como para
pensar en la estupidez que estabas cometiendo.

Y cuando pensaba que nuestra conversación casual iba a
terminar en solamente eso: una conversación casual entre
dos borrachos, te atreviste a enviarme señales que hasta
la fecha recuerdo...

Y es que tu pelo es hermoso. No esperabas que no me diera
cuenta de cada vez que te quitabas el pelo de la frente para
ponerme la atención de millones de personas en tan
sólo un par de ojos negros. Te quitaste el pelo de la frente
diecisiete veces en la hora y media que estuvimos en el bar,
y que rápidamente el tiempo ahí comenzó a endurecerse...

Ahí fue cuando cometiste el peor error de tu vida: me invi-
taste a tu departamento. De ahí en adelante todo fue placeres
diarios. Nunca te molestaste en saber mi nombre. Nuestra
conversación casual se convirtió en una relación casual que
ni se molestaba en los saludos ni las despedidas. Directo al
grano.

Te cansaste. Yo me había terminado acostumbrando a esa
relación sin nombre. Me gustaba de vez en cuando. Terminé
amándote, aún cuando no sabía ni tu número telefónico. Te
cansaste, viste a otros: la misma historia. Pero cruzaste la
línea imaginaria que dibujé para los dos en nuestra relación
sin compromiso. Y no le deseo a nadie lo que te va a suceder.

2 comentarios:

Mauricio dijo...

Harry, tu cuento me recordó una canción: "bravo, permíteme aplaudir por tu forma de herir, mis sentimientos... bravo te vuelvo a repetir, por tus falsos e infames juramentos.."

Me gustó mucho, felicidades, ya sbes darle el nombre perfecto a tus escritos, majestuosa manera de describir a tu personaje.. dejame decirte, que ese personaje, me da miedo, siento que es como bn enfermo, y va a ir a matar a la zorra.. pero no matarla... hacerle cosas malas hasta que muera.. de hecho, tu personaje me recuerda a Stanley Tucci, en la película de "The Lovely Bones"... un enfermo mental con quien no quisieras tratar...

Hablamos luego, Saludos.


Mauricio Hernández Cedillo

David Villarreal G. dijo...

de hecho me asusté a mi mismo con lo que escribí.
sinceramente no esperaba que saliera tan profundo el odio, y tan enfermo el personaje.. fue algo que salió de plano.

pero muchas gracias por tu comentario mau! espero leer tu nuevo cuento pronto!

david v.